Fotografias

Fotografías (porque las tildes existen, querido deviantART.


La cena de navidad.

Casa de mi abuela. Se termina la cena. Todos charlan y hay montones de platos sucios en la mesa. Veo a mi madre que empieza a recoger los platos. Veo que mi tía se le une. Mi abuela también reacciona y ayuda a la limpieza de la mesa. Yo las miro. Miro a los demás que siguen sentados. Mis tíos, mis primos, mi abuelo, mi hermano, mi padre… como si la cosa no fuera con ellos.

Pienso en que debo ayudar. Pienso en que no debo ayudar, pienso  en que no debo ser la mujer que asume que el cargo de la limpieza le corresponde solo a ella. Pienso en que mi madre necesita ayuda. Pienso en  que no es justo que año tras año ellas terminen lavando los platos…

Veo que mi hermana empieza a ayudar. Mis primas… Yo termino llevando platos de la mesa a la cocina para que sean lavados. Escucho como ellos se ríen desde la sala, inmersos en su conversación.

Me pregunto si ellos sentirán esa responsabilidad heredada de años y años de generaciones de mujeres. Hay un nudo en mi garganta.

La otra abuela.

Mi tío llega del trabajo y se mete a dormir a su cuarto. Cuando sale, mi abuela le ha preparado la cena, la ha servido en la mesa y lo llama para que coma. Él se sienta, come y cuando termina se levanta y se va para la sala a ver televisión. Mi abuela recoge los platos que el dejó sobre la mesa, los lleva a la cocina y empieza a lavarlos…

Pienso en que mi tío nunca ha lavado un plato en su vida. Tampoco su ropa. Pienso en que nunca ha cocinado una cena. Pienso en que ni siquiera pudo levantar los platos de la mesa…

El tío.

Tenía unos 12 años. Iba con mi tío en su carro. Él le pita a una muchacha. Baja la ventana para decirle cosas a otra que va pasando cerca. Cosas como “qué rica que estás”. El me comenta sobre el cuerpo de otra que vemos caminar por una acera, lo sexy que es “su cuerpo de avispitia”. Luego, me dice que una mujer debe cumplir siempre con ciertas cosas: Las uñas siempre arregladas, maquillaje, depilación, pelo planchado y tacones.

A mis 12 años me miré y pensé que seguramente no iba a ser una buena mujer ya que no cumplía con nada de eso. Me sentí fea.

La prima pequeñita.

Voy a conocer la casa nueva de mi otro tío. Entro al cuarto de mi prima pequeña que solo tiene cuatro años. Las paredes de su cuarto son color rosa. Las cortinas también. El closet es rosa y dentro hay muchos vestidos. Tiene zapatos rosa y montones de muñecas sobre la cama. Me dice que vayamos a jugar.

Me enseña una muñeca que, al parecer, puede orinar. El juego consiste en cambiarle los pañales.

Esa misma navidad mis abuelos le obsequian una cocina de juguete y un tocador con maquillaje incluido.

Pienso que encontraron esos juguetes en la sección de dice “niñas” en alguna juguetería.

El novio.

Llevé mi primer novio oficial a casa de mi abuela. Se lo presento, entre ansiosa y alegre. Espero su reacción. Ella lo mira con desaprobación, lo saluda de manera apresurada y se va.

Me siento avergonzada. Pienso en que no debí traerlo. Debí sospechar la reacción.

Al día siguiente mis primos llegan de visita a mi casa. Ambos se acaban de ir a cortar el cabello muy corto porque la abuela les dijo que “los hombres no andan el pelo largo”.

Pienso en el pelo de mi novio. Su maravilloso pelo liso. Pienso que es un pelo que vale la pena andar largo. Pienso que el largo de su pelo no le suma ni le resta nada.

Pienso que el mundo es muy injusto con los hombres también.

El hermano.

Estamos en una tienda de ropa. El que atiende a mi hermano le comenta que con su color de piel, el rosado le quedaría muy bien. Yo escucho la conversación y opino lo mismo. Esa camisa rosada le quedaría muy bien.

Él mira a mi padre y capta su mirada de desaprobación. Disimuladamente vuelve a colocar la camisa rosada en donde estaba. Luego me dice: “la verdad, creo que el rosado no es mi color”.

La recién nacida.

Tengo a mi prima de cinco meses en mis brazos. Ella es maravillosa. Se ríe de todas mis muecas. Se ríe cuando la muevo.  Babea y sus ojos parecen pedazos de cielo. La amo.

Le digo tantas cosas.

Niña, eres especial.

Niña, serás una mujer fuerte.

Niña, eres un ser humano.

Niña, tu sexo no define nada.

Niña, ojalá pudiera cambiar este mundo para ti…